Amados hermanos, hoy quiero hablarles acerca de una fuerza poderosa, capaz de mover montañas y transformar vidas: la fe. La fe no es sólo creer en algo abstracto, sino una confianza inquebrantable en Dios, en Su amor y en Sus promesas. Como dice Hebreos 11:1, «La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve». Esta certeza nos impulsa a superar obstáculos y ver lo invisible con los ojos del corazón. Hoy quiero invitarlos a reflexionar sobre cómo el poder de la fe puede impactar profundamente nuestra vida.
Punto 1: La Fe Activa el Poder de Dios en Nuestra Vida
Muchas veces, nos enfrentamos a situaciones difíciles donde nos sentimos abrumados e incapaces de avanzar. Pero la fe nos permite conectarnos con el poder ilimitado de Dios. En Mateo 17:20, Jesús nos dice que si tenemos fe como un grano de mostaza, seremos capaces de decirle a una montaña: «Muévete de aquí para allá», y se moverá. Jesús no habla aquí de nuestra propia fuerza, sino de Su poder obrando a través de nuestra fe. Es una invitación a dejar de lado nuestros temores y permitir que Dios tome el control.
Punto 2: La Fe No es Sólo Palabras, Sino Acción
La fe no es algo pasivo; es una acción que requiere decisión y valentía. Santiago 2:26 nos recuerda que “la fe sin obras está muerta”. Si creemos en la provisión de Dios, debemos vivir con esa certeza. Es importante dar pasos de fe, aunque no veamos el camino claro. Pedro caminó sobre el agua cuando Jesús lo llamó a salir de la barca. No fue su habilidad, sino su fe en Jesús la que lo sostuvo. Del mismo modo, debemos actuar con la convicción de que Dios nos respaldará.
Punto 3: La Fe Produce Milagros
La fe tiene el poder de abrir puertas donde antes no había salida. En Marcos 5, vemos la historia de una mujer enferma que, al tocar el manto de Jesús con fe, fue sanada al instante. Su fe la llevó a obtener un milagro. Muchas veces, Dios está esperando que confiemos plenamente en Él para liberar el milagro que necesitamos. La fe es esa llave que desbloquea el favor y la intervención divina en nuestras vidas.
Punto 4: La Fe Fortalece Nuestra Esperanza en el Futuro
La fe también nos da la esperanza de que, sin importar lo que pase hoy, Dios tiene planes de bienestar y paz para nosotros. Jeremías 29:11 dice: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. La fe nos permite esperar con confianza el cumplimiento de esas promesas. Con fe, podemos ver más allá de nuestras circunstancias actuales y sostenernos en la certeza de que Dios tiene un propósito en cada situación.
Conclusión
Queridos hermanos, hoy los animo a cultivar una fe firme y viva en Dios, a creer en Su poder y en Su amor. La fe es la semilla que puede mover montañas, sanar corazones y darnos esperanza en cada paso. Que nuestra fe sea un reflejo de nuestra confianza en Aquel que es fiel, nuestro Señor Jesucristo. Saldremos de aquí con la convicción de que nada es imposible para quien cree, y con la certeza de que en cualquier circunstancia, Dios es nuestra fortaleza y nuestra paz.
Oración
Padre Celestial, gracias por darnos el regalo de la fe. Ayúdanos a fortalecer nuestra confianza en Ti, a actuar con valentía y a esperar en tus promesas. Que nuestra fe sea un faro en tiempos oscuros y que tu poder se manifieste en nuestras vidas, para gloria de Tu nombre. En el nombre de Jesús, Amén.